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Los 5 gastos de la novación

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Las hipotecas constituyen una obligación de pago a largo plazo para muchas familias. Por lo tanto, las circunstancias económicas y vitales de los suscriptores de la hipoteca pueden variar enormemente hasta que se haya saldado la deuda. Para ajustar las condiciones de una hipoteca en vigor a tus posibilidades actuales puedes recurrir a la novación, es decir, un cambio de las condiciones hipotecarias.

¿Qué puedo cambiar con una novación?

Los aspectos de tu contrato que puedes cambiar son virtualmente ilimitados, siempre que llegues a un acuerdo con el banco. Una novación no deja de ser una negociación entre dos partes para sustituir un contrato previo por otro que se ajuste mejor a las necesidades de una de las partes o de ambas.

Entre las modificaciones más habituales que se llevan a cabo en una novación se encuentran:

  • Modificaciones de las condiciones del préstamo.
  • Cambios en el capital concedido.
  • Cambios en el tipo de interés.
  • Modificación de los periodos de pago.
  • Ampliación o reducción del plazo total del préstamo.

La novación hipotecaria es un recurso útil para conseguir un período de carencia en momentos de dificultad económica, ampliar el plazo de pago o sustituir un aval de un préstamo hipotecario por otro.

¿Cuándo es aconsejable una novación hipotecaria?

Aunque cada persona es un mundo, hay ciertas ocasiones en las que se recomienda encarecidamente una novación hipotecaria, ya que las circunstancias personales del titular del préstamo han sufrido un cambio importante, por ejemplo:

  • La hipoteca es a tipo fijo y a largo plazo, pero sería mucho más beneficiosa a tipo variable, dada la evolución de los índices de referencia.
  • El titular necesita cuotas mensuales más bajas porque su economía ha empeorado, por lo que convendría ampliar el plazo de devolución.
  • En caso de divorcio, cuando ambos cónyuges son titulares de la hipoteca, pero será uno de ellos quien se quede la propiedad de la vivienda.

¿Cuáles son los cinco gastos de una novación?

Para saber si la novación será realmente beneficiosa, deberás tener en cuenta los gastos asociados a esta:

  • La mitad de los gastos notariales. Este es el único coste compartido entre el banco y el titular de la hipoteca; suelen ser de entre el 0,2 % y el 0,5 % del capital pendiente.
  • Gastos de gestoría. Se trata de gastos no regulados, que oscilan entre los 200 y los 400 euros.
  • Gastos de registro. Normalmente, estos gastos suelen corresponder a la mitad de los costes notariales.
  • La comisión por novación. No todos los bancos la aplican; depende de lo estipulado en el contrato. Puede ser de entre un 0,1 % y un 1 % del capital pendiente. Si solo se cambia el plazo, la comisión no podrá superar el 0,1 % y, si solo se cambia de tipo variable a fijo, la comisión no podrá exceder el 0,15 %.
  • La tasación. En algunos casos, el banco puede pedir una tasación de la vivienda. La mayoría de las agencias cobran entre 200 y 400 euros por este servicio.

Como ves, la novación hipotecaria es un instrumento útil, pero no exento de costes. Aun así, los beneficios de una modificación de las condiciones hipotecarias suelen compensar los gastos.